Creo que fue el martes pasado. Estaba cenando en mi casa con otros propósitos cuando me sentí agarrado por la película que estaba dando comienzo en La 2: «El último rey de Escocia».
He sabido que la película tiene ya algunos años —2006—; creo que en algún momento mi hermano mayor me la había recomendado y en parte también por eso me atornillé al sofá.
A Forrest Whitaker lo recordaba sólo de su interpretación en «Species», con lo que el salto de calidad a nivel interpretativo se aproximó a infinito.
Una película intuyo que bastante verosímil sobre las particularidades de los gobiernos dictatoriales africanos, donde Whitaker aúna en el líder Idi Amin Dada —presidente ugandés del 71 al 79— todas las características que se le sospecharían a un militar como él en una época como la suya: la relación, desde el analfabetismo, inexperta y por consiguiente, pronto, absolutamente perversa con el poder. Hay en torno a ello historias o meras pinceladas yo creo que de lo más realistas sobre el amor y el odio; la vida y la muerte.

Muy recomendable.