Hola buenas, espero que no me borreis el mensaje, es conveniente que lo leais todos.

Tengo un amigo que tiene problemas con el juego ,vamos ,que es un ludópata y me ha hecho reflexionar sobre esto de las apuestas.

En primer lugar apostar no es malo, apostar excesivamente si que lo es.

Me hace gracia ver y oir aununcios en televisión y radio sobre las casas de apuestas, diciendo que el 90% de las personas que apuestan ganan, que si un wisky con cocacola.... todo mentira.... las casas de apuestas casi siempre ganan, si no ganaran no estarian ahí , tenedlo por descontado .
Más preocupante es que cada vez captan a más y más gente ,a chavales que no tienen la mente bien formada y que con la obsesión de obtener un dinero fácil se lanzan a esto de las apuestas de forma compulsiva . Al principio, empiezan con un bono, luego con 10 euros , luego con 100 ,1000... y luego acaban arruinados , económicamente y psicológicamente.Y no solo ellos sino también sus familias.

Plantearos las siguientes preguntas:

¿Merece la pena el tiempo que perdeis para esto de las apuestas para ganar 20, 30 o 40 euros ?

He visto como va este mundo de las apuestas , vosotros mismos lo poneis , no es de recibo que te den una misera cuota del 40,30,10 % por un partido que ni mucho menos es seguro porque en el deporte casi nunca gana 10 veces un equipo o un jugador o en caso de que lo hiciese esa apuesta seria de risa o simplemente no existiría
A todo esto hay que añadir los flagrantes casos que estan surgiendo de partidos amañados por esta cosa de las apuestas, convirtiendo el deporte en lo que nunca debería ser.

Pero lo peor no es eso, lo peor es la cantidad de enfermos mentales que estan creando con la promesa del dinero fácil.


Repito :apostar no es malo, apostar compulsivamente sí
, plantearos si merece la pena, si ganais algo más que perder el tiempo y recordad ayer fue mi amigo a quien le tocó la lamentable china pero mañana le puede tocar a cualquiera. GRACIAS POR LEERLO Y SI APOSTAIS QUE SEA CON RESPONSABILIDAD, a mi también me gusta echar alguna quiniela que otra , pero sin obsesionarme.