Citar Originalmente publicado por Elnavajas Ver post
Muy buenas a todos!

No soy ningún experto en apuestas, y prefiero contratar a un tipster y que me diga a lo que apostar directamente y ya, pero mi pregunta es cuanto estarías dispuestos a pagar a una de estas personas?

Gracias de antemano
Yo creía que el capítulo de los tipsters ya estaba superado.

Los tipsters no son más que señores vende-humos, de esos que aciertan igual que acertaba ese mono que pusieron a tirar dardos contra una diana para realizar inversiones en bolsa: si acierta es que es un genio, y si falla es porque "ocurrieron cosas imprevistas".

Un señor puede saber mucho de fútbol, apuestas y deportas en general, pero eso no lo convierte en adivino. De idéntica forma, un historiador puede saber mucho de historia, pero eso no le habilita para adivinar el futuro de la historia.

Yo en apuestas soy experto, pero eso no me convierte en un ganador nato. De hecho bien podría autocalificarme como un perdedor nato. Lo sé todo de las apuestas. Todo. Y ojalá que eso me convirtiese en millonario. Quizás me convirtiese si tuviese la habilidad de engañar a la gente, convenciéndolas de que si me pagan una cantidad le diré los resultados más probables para la próxima jornada.

Los charlatanes de feria han existido toda la vida, con la diferencia que antes iban de pueblo en pueblo vendiendo crecepelos, y ahora navegan por las redes captando a ingenuos para que paguen por sus servicios de "experto en apuestas". Yo al charlatán lo le culpo. Yo culpo a los ingenuos que se creen que los milagros son posibles.

El maldito problema es que todos queremos dinero fácil y sin esfuerzo, y eso, salvo que seas un político, no existe. Ganar dinero exige tiempo, esfuerzo y conocimiento. Y aquí el conocimiento no se refiere a conocer todo sobre las apuestas, sino en entender que las apuestas, igual que cualquier otro juego de azar, están diseñadas para otorgar una ventaja a la casa que hace que el jugador pierda siempre o casi siempre. Siendo así lo mejor no es ser un buscador de oro, sino el que vende el pico y la pala al buscador de oro. O mejor el cantinero, cuyo beneficio se nutre de las pocas pepitas que logran encontrar los mineros tras todo un día de trabajo.