Reto La hormiguita recolectora
Forman colonias de un tamaño que se extiende desde unas docenas de individuos predadores que viven en pequeñas cavidades naturales, a colonias muy organizadas que pueden ocupar grandes territorios compuestas por millones de individuos. Estas grandes colonias consisten sobre todo en hembras estériles sin alas que forman castas de «obreras», «soldados» y otros grupos especializados. Las colonias de hormigas también cuentan con algunos machos fértiles y una o varias hembras fértiles llamadas «reinas». Estas colonias son descritas a veces como superorganismos, dado que las hormigas parecen actuar como una entidad única, trabajando colectivamente en apoyo de la colonia.


¿Se comen todo lo que recolectan?
Unas cuantas especies han desarrollado hábitos agrícolas o de pastoreo muy especializados. La hormiga cosechera roja (hormiga agrícola), del centro de Estados Unidos y México, frecuenta los campos de hierba, recolectando y almacenando semillas de herbáceas. Algunas especies de hormigas cosecheras, de amplia distribución, que recolectan grano para alimentarse, han desarrollado trabajadoras especializadas con grandes mandíbulas, a veces llamadas guerreras. Estas hormigas soldado no hacen casi nada más que partir las semillas para que coman las demás. Un género de hormigas propio del sureste de Estados Unidos y América tropical cultiva en el interior de sus hormigueros una especie de hongo que la colonia usa como alimento. Las especies de América tropical reciben el nombre de cortadoras de hojas u hormigas parasol porque las trabajadoras cortan trozos de determinadas hojas que son acarreados de vuelta al hormiguero, donde se usan como ‘compost’ para fertilizar los cultivos de hongos. Es el caso de la bibijagua de Cuba, la arriera de México, el zampopo de Guatemala, el bachaco de Venezuela, el coqui de Perú, la minera y la isaú de Argentina, así como de la sauba de Brasil.
Muchas hormigas se alimentan de un fluido dulce excretado por los pulgones. De hecho, algunas especies de hormigas los crían y cuidan sus huevos. Las hormigas melíferas del suroeste de Estados Unidos almacenan estas secreciones dulces, empleando a ciertas trabajadoras como contenedores vivientes. A estas trabajadoras se les suministran enormes cantidades del producto; sus cuerpos llegan a quedar tan distendidos que no pueden ni arrastrarse de un lado a otro. Permanecen inmóviles en el hormiguero, regurgitando pequeñas gotas de alimento para alimentar a otros miembros de la colonia.
Muchas hormigas practican la trofalaxia, que implica formas complejas de alimentación recíproca y el intercambio de estímulos químicos. Al alimentar a las larvas, las hormigas trabajadoras obtienen una secreción salivar de la superficie corporal de éstas, que las trabajadoras devoran con avidez. Se cree que la atracción que experimentan las obreras hacia este tipo de productos metabólicos constituye la base de la atención a las crías y de la organización y unidad de la colonia de insectos.